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jueves, 25 de noviembre de 2010

EL IMPERIO BERLANGUIANO CONTRAATACA II













'Los jueves, milagro'. Berlanga marcado y readaptado por la iglesia. Los dos San Dimas: el falso, Pepe Isbert y el auténtico, Richard Basehart. El padre Garau,'corrector' eclesial y cinematográfico 

 Después de revisar ese regate a la censura que es la película ‘El Verdugo’, nos adentramos en una situación totalmente inversa que se produjo en ‘Los jueves, milagro’. Aquí,  Berlanga se vio obligado a ceder a las presiones de la productora, de la censura y se desmarcó de algunas escenas que luego  rodó  Jordi Grau.

 

Berlanga quiso hacer el doble salto mortal en el trapecio y al final sólo le permitieron  alguna que otra pirueta. El director valenciano se aventuró  a meterse en ‘las bondades económicas de los milagros’ (vamos a utilizar un eufemismo) con un santo de por medio y en el año 57, con productora del Opus Dei incluida ,no era tan fácil conseguirlo.

  José Isbert,’San Dimas’ por votación


‘Los jueves, milagro’ ante todo es una gran comedia crítica, con grandes actores que pasan situaciones de lo más insólitas como si fuera de lo más común. Tiene dos partes bien diferenciadas: una primera que podríamos denominar ‘milagros pedestres’ ( preparados por las fuerzas vivas) y una segunda de ‘milagros celestes’, sucesos encadenados por la presencia de un vivaz San Dimas.  


Aunque Berlanga estaba acechado y marcado por la censura, toda la historia del film  es plena y claramente  berlanguiana. Se podría decir, como le ha ocurrido en algunas de sus grandes películas, que  en ‘Los jueves,milagro’  los acontecimientos toman  un rumbo berlanguiano  y ‘desobedecen’, a su director y guionista, a la productora o al propio cura censor.  


Nadie queda contento con el resultado y la película adquiere una entidad y personalidad propia. Ha pasado más de medio siglo y conserva mil lecturas,  instantes  geniales,  con escenas más propias del cine religioso de la época, incluso un toque a lo Frank Capra

El argumento es toda una joya. Un pueblo, Fontecilla (estupendas las imágenes de Alhama de Aragón), reúne a las fuerzas vivas de la localidad para recuperar un balneario que pasa sus peores momentos. Los milagros de Lourdes  y Fátima animan al maestro, al médico, al alcalde, al propietario del balneario, al terrateniente, a preparar la aparición de un santo (el elegido es San Dimas, el buen ladrón) para captar la atención del ‘turismo religioso’.


Fantàstica es la escena de la elección del candidato. Aprovechan  la habitual ausencia del cura para acudir a ver una anciana que finge estar muy enferma y en la iglesia eligen el santo más apropiado para el milagro, que està escondido en un rincón olvidado del coro. Ellos también escogen a José Isbert (qué fantástico actor) para que lo encarne en la preparada aparición.

 



La aparición de San Dimas, todo un sainete



 La aparición, como no podía ser de otra manera, es todo un sainete. Realmente nadie se podría creer viendo a José Isbert que aquello se tratara de un verdadero milagro.Nadie excepto otro grande, Manuel Alexandre, que hace de tonto del pueblo en la película.




Después de todo el tinglado caótico  y surrealista de los milagros,  acude a Fontecilla un personaje misterioso interpretado por Richard Basehart, quién más tarde fue el almirante Nelson en ‘Viaje al fondo del mar’. Él, que lo sabe todo, e incluso es medio poeta, medio mago, transforma  el engaño humano en un auténtico  milagro, otorgándole un extraordinario poder curativo al agua.







El final es inesperado para las fuerzas vivas.  Cuando van a confesar sus mentiras ya es demasiado tarde. Nadie les cree y piensan que ha sido el santo. Cumple con nuestro eslogan, lo han preparado tan mal que les ha salido estupendo, divino.



El final cambiado

La última escena de la película y algunas anteriores fueron el motivo de la controversia. Berlanga había escrito que alguien (podría ser el propio santo) aparece para avergonzar a los farsantes y deja su ficha policial. A la productora no le gustó nada esta opción, pidió a Berlanga que lo cambiase y el director valenciano se negó a hacerlo.
Así que optaron por la opción B, rodada por el director Jordi Grau. San Dimas, el misterioso que llega  al pueblo, deja una carta y una fotografía para revelar su identidad.




El padre Garau, coautor del guión

Berlanga ‘gozó’ de la compañía en el rodaje de ‘Los jueves milagro’ del padre Garau. Antes también mandaron  como dice Berlanga a ‘’un plenipotenciario del mismísimo San Pedro para que supervisara mi trabajo. Era una especie de agente 007 con licencia para matar al director. Se llamaba-lo juro- Paolo Moffa.”

El director asegura que introdujeron un personaje celestial de verdad (San Dimas) y contrataron al actor Richard Basehart. El marcaje más especial lo tuvo con el reverendo Garau. “Me tuvo un mes en su casa redactándome 80 páginas del guión como ellos deseaban que se rodara”.Berlanga incluso expresa que la parte que “le redactaron los beatos estaba fuera de los dogmas religiosos”.

La presencia de este sacerdote asesor, guionista, censor, eminente teólogo  dominico fue tal que  el genial director valenciano solicitó que lo incluyeran en los créditos. No es de extrañar, porque todas las intervenciones de Martino, San Dimas, deben de ser las aportaciones del padre Garau.
Garau, según Berlanga, era un hombre inteligente, simpático, encantador, el primer sacerdote que fue castigado por llevar reloj de pulsera.



Tanto toque, retoque, cambio y recambio no contribuyó al éxito de la  película, que sólo estuvo 10 días en cartel y la vieron 236 persones, menos que los que aparecen en el rodaje (contando a los extras). Aún así, ‘Los jueves, milagro’ figura en la lista de las mejores películas españolas de la historia. Tiene la peculiaridad que Berlanga, sin quererlo, colabora con la iglesia en una historia sobre un santo moderno que obra milagros. Además a Berlanga le añaden un mensaje no previsto: la fe mueve montañas.

El imperio austrohúngaro

Y no podemos despedirnos sin descubrir la frase talismán berlanguiana por excelencia: ‘el imperio austrohúngaro’. Esta vez nos aparece en una charla para fechar  una batalla.








Epílogo. El balneario de Alhama de Aragón



Por si alguien quiere vivir in situ la historia de Berlanga, o conocer el lugar dónde se rodó ‘Los jueves,milagro', puede pasar un fin de semana en el balneario de Alhama de Aragón. Nada que ver con el vetusto lugar de la película. Todo un lujo,con lago para bañarse y muy valorado por los turistas. Cómo para rodar allí una segunda parte de ‘Los jueves, milagro’.


jueves, 18 de noviembre de 2010

EL IMPERIO BERLANGUIANO CONTRAATACA ( I )





Las películas mutiladas de Berlanga. ‘El Verdugo’ o como ridiculizar de una vez por todas a la censura. Lo mejor para el franquismo hubiera sido rechazar el guión. El personaje de Nino Manfredi tiene el mismo nombre y apellido que el actual presidente del gobierno y el cantante ‘El Puma’. José Isbert, un verdugo veterano que siempre va con boina


Nos ha dejado un maestro, un maestro en lo suyo que era contar historias, sacar del cajón las situaciones más absurdas y convertirlas en las más comunes, superar todas las adversidades y hacernos pensar con su ironía, humor negro y acidez.
Nos ha dejado Berlanga, pero queda su término: berlanguiano, y todo un universo de personajes por descubrir. Porque el gran misterio de Berlanga es que sus historias, por muy raras que sean , continúan vivas. 



No sabemos cómo lo ha conseguido, pero nos creeríamos que el profesor George Hamilton ( el científico norteamericano) vuelva de vacaciones a Calabuch, que el verdugo José Luis Rodríguez esté jubilado y tenga un apartamento en Benidorm, que los Leguineche de ‘La Escopeta Nacional’ quieran contar sus miserias en un realityshow, o que los Planchadell de ‘Moros y cristianos’ inviertan en la China para fabricar el turrón más barato…


Berlanga se ha ido , pero sus creaciones han revivido, sus personajes han salido del ostracismo y vuelven a pulular por nuestros cerebros: el imperio berlanguiano contraataca.

‘El verdugo’ o cómo sobrevivir a la censura 


 No vamos a detallar toda la trayectoria de este director y en esta ocasión (habrá más)  nos centraremos en el Berlanga mutilado, tocado por la censura. Muchos de sus proyectos no salieron a la luz porque lo tenían fichado desde aquel parto surrealista llamado ‘Los jueves milagro’. Estuvo unos años sin poder rodar a causa de negarse a acabar el final cambiado de esta película. Pero su respuesta cinematográfica fue terrible: contestó con dos de las mejores películas del cine español: ‘Plácido’ y ‘El verdugo’.


Si la censura demostró no enterarse en esa feroz crítica llamada ‘Plácido’ y la famosa frase ‘ponga un pobre en su mesa’, en ‘El verdugo’ el error (desde el punto de vista del régimen y el tijeretazo) fue mayúsculo. Lo mejor para el franquismo hubiera sido rechazar el guión y que no se rodase, pero quizá el hecho de ser una coproducción con Italia, con actor del país transalpino de por medio (Nino Manfredi), al margen de la consabida propaganda aperturista, les coartó.



Ellos pensaron que un cortecito por aquí otro por allá lo arreglan y no se saca aquello que consideraban más molesto, pero les pasó un obus por la cara y ni se enteraron.
Lo observaremos con algunos detalles de varias escenas.

José Isbert, un verdugo con boina 



El personaje de José Isbert, el verdugo que se jubila ("el reglamento es el reglamento") es el de todo un profesional del gremio. En su experta opinión, es mucho peor la descarga eléctrica  de los americanos  que la pena de muerte española. Tampoco tiene reparos en contar en una excursión en el campo algunas ejecuciones problemáticas..


La censura dejó pasear a sus anchas a este personaje por la película. Berlanga y Azcona quizás pudieron disimular más este crucial papel por la peculiar voz y simpatía de Pepe Isbert, porque era el verdugo que se retiraba consciente de su trabajo o porque llevaba boina en casi toda la película (mayor familiaridad imposible). 

Isbert ni siquiera se inmuta en plena calle cuando debe de averiguar la talla de camisa de su yerno.



Verdugo: una profesión muy solicitada

Dos situaciones  que ya pican. Como la administrativa, cuando para un trabajo tan tremendo hay 36 solicitudes    por delante de la de José Luis. Tampoco choca la recomendación del señor Corcuera, quien lo considera un oficio más que pasa de generación en generación. 


Primera ejecución: de viaje a Palma con toda la familia


La gran supermofa ocurre cuando le llega el aviso de su primera ejecución y se marcha con toda la familia a Palma, como si fuesen unas vacaciones familiares.


Aparte de trasladar al ámbito familiar un asunto tan macabro, merece la pena fijarse en el pisito.
La casa tiene todos los detalles de la época: el jarroncito, el cuadro de la última cena o el parchís.


Increíble la escena que hemos visto repetidas veces momentos antes de entrar en la sala para ejercer de verdugo. Se palpa la tensión previa sin que en ningún momento veamos al reo.


Sin embargo, el franquismo obvió comerse la conversación anterior con el director de la prisión con una frase absolutamente impagable: "El condenado no puede esperar".


Las críticas del régimen a 'El Verdugo'

Con los 17 cortes de la censura, los responsables seguro pensaron que iba a ser tan mala que a nadie le gustaría.Más no fue mala, fue buenísima y se salvó por su presencia en el festival de Venecia.



El embajador en Roma, Alfredo Sánchez Bella después de verla, no reprimió lo que pensaba: “Me parece uno de los más impresionantes libelos que se han hecho contra España, un panfleto político increíble…no existe en toda la película un tipo sano, limpio, idealista, todo está podrido en esa sociedad a la que usted ha aplicado el más frío escalpelo”.

Seguro que les dio una fuerte reprimenda a los ‘blanditos’ censores que autorizaron el rodaje de este film y le permitieron titularla ‘El Verdugo’, cuando a Franco en Europa se le denominaban con este fúnebre apodo.

Boda A (para ricos) y B (para los poco ricos)

La censura quedó  derrotada y desajustada por todos los flancos en este brillante film. Con innumerables grandes escenas (no las podemos poner todas) como la boda B o boda de pobre después de la boda de rico.



La excusa de un actor de Hollywood para ligar con la que será su mujer.




Y actores fantásticos diseminados en algun momento de la película ( José Luis López Vázquez, Alfredo Landa, Saza, Agustín González, Antonio Ferrandis).

No falta el imperio austrohúngaro



Y como siempre, una película de Berlanga lleva su firma con  su frase fetiche o talismán: el imperio austrohúngaro, esta vez pronunciada en la sacristía.


47 añitos contemplan a ‘El Verdugo’, película que se mantiene fresca y lozana con multitud de detalles por descubrir. Se da la circunstancia de que el nombre y apellido del personaje principal (José Luis Rodríguez) coincide con el del presidente del gobierno y el famoso cantante venezolano apodado ‘El Puma’, casualidades que ha traido la vida.


 Terminamos esta primera y extendida entrega de ‘El imperio berlanguiano contraataca’ con una frase de Berlanga sobre su película ‘El Verdugo’: “Es una demostración que el hombre actual siempre està a punto de saltar el río del compromiso y entrar en una vida llena de convenciones que antes detestaba”.